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La organización en las redes sociales y la acción política

Publicado: 2011-06-13

Por: Eduardo Infantes Santillán

Magdalena 13 de junio de 2011

Con agrado, satisfacción y beneplácito se observa que diversos sectores y organizaciones (en las redes virtuales) vienen explorando la posibilidad de generar nuevos espacios de organización que superen el rol inicial y fundamental que protagonizaron (por el cual fueron creados) al ser organizaciones virtuales de denuncias, de vigilancia ciudadana, que permitieron mostrar y visualizar la red de corrupción, así como traer a la memoria los hechos históricos que de ninguna manera podían ser repetidos. Queda ahora la interrogante de que podemos ser y hacer en este nuevo escenario y pasar a constituir una nueva alternativa o referente social y político de carácter propositivo.

Es motivo de debate, no menos importante el papel de cómo participar y ser parte del cambio en esta nueva propuesta de Gobierno de Concertación y Unidad Nacional que el proyecto “Gana Perú” a través del Presidente electo Ollanta Humala, ha convocado.

En lo que podemos estar definitivamente de acuerdo es que no ha concluido la acción de las diferentes organizaciones creadas en los últimos años a través del mundo virtual. Ahora toca hacer realidad de manera creativa, espontánea la innumerable cantidad de buenas intenciones y voluntades que se expresaron a través del mundo mágico de los “muros de la dignidad” y afirmación democrática a lo largo de todo el territorio nacional.

Uno de los tantos dilemas que los organismos de redes sociales (respecto a su continuidad y organización y es a lo que deseo referirme) deberán enfrentar es: ¿vigilancia ciudadana o militancia partidaria? Si bien es cierto, ambas podrían ser perfectamente complementarias y no excluyentes; también es válido fortalecer la organización original de cada una de las organizaciones de la redes sociales según sea la decisión mayoritaria de los interesados en cada uno de los procesos así planteados.

Es imprescindible un nuevo escenario de acción. Nada de lo propuesto y defendido a través del mundo virtual se hará realidad si nuevamente esperamos cinco años para intervenir y evitar que la mafia se posicione, nuevamente, en el gobierno del país.

El reto es enorme. La tarea difícil, pero no imposible. Las expectativas muy grandes. Cientos de miles de ciudadanos decentes, profesionales honestos, jóvenes que desean organizarse y hacer política para generar oportunidades y cambios sociales; mujeres que claman igualdad de derechos, todos juntos podemos sumar esfuerzos, deponiendo nuestros intereses individuales y proyecciones personales que forman parte de una sociedad vieja, longeva, arcaica que no responde al llamado de rectificación que los pueblos del ande, del Perú profundo del de “todas las sangres” que así lo exige.

Considero que para lograr la ambiciosa agenda nacional, fundamentalmente de redistribuir con equidad y gobernar con honestidad, se requiere de un gran proyecto partidario. La política no debe ser ajena a nuestra acción diaria. No podemos, luego de lo sucedido en nuestro país, ser parte de la inacción y abstencionismo. Debemos dar el salto cualitativo a la acción.

La formación de un partido político en el siglo XXI requiere de un importante contingente de renovación de cuadros; pero también sobre todo de ciudadanos identificados con las reivindicaciones de la sociedad insertados en su dinámica y sus más auténticas expresiones.

Movilizar a los ciudadanos de a pie a lograr bajar las tarifas de la Telefónica, por ejemplo, sería una acción de reivindicación ciudadana efectiva; convocar y congregar a 5 000 o 10 000 usuarios (un día y hora predeterminada) para devolver nuestros teléfonos fijos a la Telefónica o Movistar y prescindir de sus servicios sería la más grande acción política de “Poder Ciudadano” convocado desde las redes sociales, donde nuestro accionar este a tono y sintonía con las necesidades de usuarios afectados por un pésimo servicio y tarifas leoninas. Estoy absolutamente convencido que las ofertas por mantenernos en el sistema (“monopólico”, anticonstitucional) serian de las más originales y, tendrían como común denominar la baja en las tarifas.

Estas acciones, en el nuevo escenario nacional, serian las nuevas formas creativas de hacer política para todos los peruanos. El tema de fondo es la revisión de contratos pactados a espaldas de los intereses de la nación.

La soberanía nacional para este nuevo gobierno es el punto de quiebre en la redistribución de la riqueza. Sin soberanía no habrá posibilidad de llegar a implementar los programas sociales que el Perú así lo exige. Los conflictos sociales existentes en torno a la territorialidad, la explotación de los recursos naturales, el desarrollo de la gran minería en detrimento de la agricultura y ganadería, la tala indiscriminada de bosques, la ausencia del dialogo, concertación y búsqueda de consenso será el mayor reto para el nuevo gobierno. No se trata de “oír” las protestas ciudadanas, ni muchos menos menospreciar a los ciudadanos tildándolos de “segunda o tercera categoría”. El tema central es “escuchar” y entender en su real dimensión la demanda ciudadana.

La iniciativa ciudadana, la formulación de proyectos desde la sociedad civil, a través de colectivos y organizaciones naturales de base y su representación a través de los partidos políticos sería una gran revolución de la ciudadanía en el ejercicio del derecho y el deber ciudadano.

La información a través del mundo virtual no puede controlarse, vence las barreras de la censura, supera temores en la expresión y en algunos casos (lo hemos vivido) provoca pasiones desenfrenadas que esconden sentimientos “racistas”, agresión-frustración y, perdida de amistades y contactos por las diferencias de opinión de uno u otro. No queda duda que este poderoso medio de expresión virtual cuando empata con “radio bemba” tiene un poder de movilización descomunal e incontrolable que los poderes fácticos no podrán evitar.

Organicémonos y auto convoquémonos todos los colectivos, comunidades, observatorios o entidades de vigilancia ciudadana creados en las redes sociales para explorar la posibilidad de fundar un partido político: Humanista, de militancia ciudadana, republicano, de dirección colectiva. Esta nueva organización partidaria deberá fomentar y promover la igualdad de oportunidades, la Justicia Social, afirmar la libertad ciudadana, la lucha por la generación de la riqueza individual y colectiva, afirmar la vida y defensa del Medio Ambiente, renovar la acción política como forma liberadora, de expresión (en todas sus formas) del sentimiento humano; afirma el bien común, superando la acción asistencialista y clientelista, por la participación autogestionaria, autónoma, creativa, de los pueblos andinos, comunidades indígenas, fortaleciendo la Autoestima Nacional como patrimonio de nuestra historia ancestral.

Invito a la Comunidad: “Orgullo Democrático”, al colectivo “No a Keiko”, al colectivo  “Acción crítica” al “Observatorio ciudadano por la democracia” y otros importantes organismos de redes sociales a confluir y sumar esfuerzos. Nuestra tarea recién empieza, no debe postergarse o suspenderse hasta que se evidencien signos de autoritarismo o intereses mezquinos de exclusión y violación de derechos laborales, humanos y/o ciudadanos.

Son momentos de cambio y responsabilidad en el accionar político (en el mundo virtual) de cada uno de nosotros que podrían determinar grandes procesos de transformación en el mundo real.


Escrito por

Eduardo Infantes Santillán

Libre pensador. Dedico los breves espacios de tiempo libre que tengo a escribir mis cavilaciones insomnes, muchas de ellas sin sentido. Son parte de mi mundo interior que fuga al exterior en el recreo de la libertad irresponsable. Soñador, utopista, libert


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Cavilaciones insomnes

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